¿Merece la espera?
Han vuelto a hacerlo. Ha pasado casi una década desde que sacaron hijos de la ruina vol.2, pero han mantenido su esencia: letras descaradas y bases innovadoras.
Y es que estos tres cantantes se complementan muy bien. Natos y Waor fieles al rap underground con sonidos de la vieja escuela, en total sintonía con Recicle J, cómodo con tonos melódicos cercanos al pop. De esta unión ha nacido un disco potente, en el que se han permitido explorar nuevos sonidos con total libertad. Una de las grandes diferencias con sus álbumes anteriores es el protagonismo de la faceta instrumental, de forma que a lo largo de las siete canciones, se encuentra incluso un solo de guitarra. Esto es gracias al trabajo del músico Jack Sheehan, que saltea el disco de punteos y líneas de bajo.
Estre trío de madrileños, podrían haberse quedado en lo fácil, ya saben que iba a funcionar de todas formas, puesto que los fans estaban deseando un volumen 3. Sin embargo, se han lanzado sin miedo al rock, en su tema “más alcohol”, con una actitud macarra como muestran en su videoclip.
Por otro lado, dan un giro 180º y se llevan el ritmo reggaetonero a su terreno en la canción “Fuego, fuego” con sutil protagonismo del bajo que caracteriza este género. La letra de este tema también lo deja claro: “yo le meto bien cabrón en un ritmo de reggaetón, pero si vienes al bolo veras pogos, no gogós”. Está claro que esta canción no sonará en la discotecas.
Espectacular también “sudores fríos”, con un estilo mucho más cercano a Recicle J, se puede apreciar un estribillo puramente pop muy pegadizo, un poco machacón que consigue que la cantes el resto del día.
Lo mismo pasa con “A la tumba”, que arranca con el estribillo destacando a Recicle J. Han conseguido la mezcla perfecta de voces melódicas y rap puro.
En Hijos dela ruina vol.3, tampoco podían faltar temas más “clásicos” como “Nosotros” o “Cuestión de Fe”. Esta vez es Waor el que destaca. Recicle J aporta ese contraste melódico, recitado.
Mención especial al tema que cierra el disco: “Dime que sí”. Espectacular combinación de instrumental con sólo de guitarra con una base electrónica de breakbeat. Esta canción pone el broche a un álbum que reúne 7 canciones, como las siete estrellas que componen la bandera de Madrid. No cabe duda de que cuando los raperos y el niño de Carabanchel se juntan, sacan la mejor versión de ellos mismos.
En general, es un álbum personal, con letras ásperas, que no se quedan sólo en la rima, sino que transmiten un mensaje, y en muchas ocasiones, con alusiones a otros discos anteriores, pasajes reales de lo que han vivido en estos diez años. Pero las alusiones y el simbolismo no se quedan solo en las letras, también lo podemos ver en los videoclips. Uno de los más claros lo podemos ver cuando en “Nosotros” aparecen los tres apoyados en una furgoneta, que nos recuerda automáticamente a la canción con la que empezó todo: “carretera”.